Claves de seguridad para un huerto en azotea o terraza
- Estefania Cobo
- hace 13 minutos
- 4 Min. de lectura
Empezar un huerto en la azotea de tu casa es una gran idea, y como tal puede ser que la emoción te gané y empieces a llenar el espacio de cajas, macetas, camas de cultivo, sin tener una planificación previa de pesos, desagüe y otros aspectos de seguridad. Para que la emoción no te gané, en este post te contamos los aspectos claves que debes tener en cuenta antes de empezar tu huerto.
La terraza es privada o compartida:
Si tu terraza pertenece a tu edificio y por tanto también es de tus vecinos, asegúrate de tener su permiso antes de instalar tu huerto. Puede que no les parezca tan buena idea como a ti instalarlo y que una vez que hayas hecho el esfuerzo de colocarlos tengas que quitarlo. Así que habla con ellos primero y asegúrate de tener su permiso, si puede ser por escrito, mejor.

Una terraza no es un un jardín:
Parece demasiado obvio, pero no lo es. A menudo nos encontramos con personas que han taladrado o alterado su terraza para colocar su huerto y después han tenido problemas como humedades en el techo del vecino... Ten en cuenta que por el suelo de tu terraza pasan tuberías, cañerías, instalaciones electricas, etc.
Asegúrate de no alterar la estructura de tu terraza, no hagas agujeros, tapes desagües con macetas o coloques sombras mal instaladas que después te puedan traer problemas. Y sobre todo NUNCA agujeres el suelo, un pequeño agujero puede convertirse en una gotera y humedad para el vecino de abajo. Mucho mejor poner estructuras externas que puedas mover facilmente como camas de cultivo pequeñas.
Calcula el peso que tendrá tu huerto
Cuando pensamos en el peso, luego luego nos imaginamos la madera de los cajones o el plástico de las macetas. Pero ¡aguas!, porque lo que de verdad aumenta el peso es el agua en todas sus versiones:
El sustrato empapado.
El agua que se queda estancada en el drenaje y en los platitos.
Las estructuras, piedritas decorativas y todo el "vaciado" que le metas.

Para que te hagas una idea en las terrazas de uso privado, están hechas para que el peso extra que suelan aguantar sea de 100kg/m2. En términos de agua, ese peso lo conseguiríamos con una alberquita inflable infantil. Una alberca de un solo metro de diámetro o un metro cuadrado llena con un nivel de tan solo 20 centímetros de agua alcanza los 200 kilos de peso, el doble de lo admisible.
Si pones un cajón de 1 metro cuadrado con 40 cm de profundidad de tierra y lo riegas, ese solo metro cuadrado estará cargando unos 320-400 kg. ¡Eso es el triple de lo que la norma garantiza!
Aquí te van unos tips para que no te pases con la carga:
Cajones no tan profundos: Para la mayoría de tus plantas, con unos 25–30 cm de buena tierra quedan al cien. Deja los 40–50 cm solo para las que de plano sí lo necesitan.
Mesas de cultivo ligeras: Es mucho mejor eso que tener jardineras gigantescas y pesadísimas en un solo lugar. Busca mesas de madera ligera y con algunos herrajes.
Reparte el huerto: En lugar de amontonar todo en una esquina, distribuye tus macetas por todos lados para que el peso se reparta parejo.
No pongas "muros" de tierra junto al barandal: Se ve muy padre, pero es donde menos te conviene meterle peso, sobre todo si esa parte de la estructura está "volada".
Usa sustrato más ligeros que la tierra de jardín y que guarden la humedad como la fibra de coco, la vermiculita... Busca las trabes y columnas: Coloca tus macetas más pesadas cerca de las paredes de carga o sobre las trabes (las vigas que cruzan el techo). Evita el centro de las habitaciones o de los claros grandes, que es la parte más "débil" de la losa.
Cuidado con los "volados": Si tu terraza es un balcón que sobresale del edificio sin columnas abajo, ten doble precaución. Ahí la capacidad de carga suele ser menor o más crítica.
Piedras decorativas: Evita las piedras de río o grava pesada para decorar. Usa tezontle o mejor nada, para no añadir peso muerto innecesario.
Regla de oro: Si planeas llenar más del 30% de tu terraza con bancales profundos (más de 30 cm), lo ideal es consultar a un arquitecto o ingeniero civil para que revise los planos de tu edificio.
Cuidado con los desagües:
Casi todas las azoteas y terrazas tienen sus coladeras o bajadas para que se vaya el agua cuando llueve. El problema es que cuando armamos el huerto, se nos hace fácil:
Taparlas con un cajón porque "justo ahí queda bien padre".
Llenarlas de macetas y tablas hasta que de plano ya ni se ven. ¡Malísima idea!
Antes de que empieces a acomodar todo tu huerto, ubica bien todas las salidas de agua y dales su "sana distancia". Imagina un círculo de "zona protegida" a su alrededor:
No las tapes con cosas fijas o pesadas.
Deja espacio para que puedas limpiarlas fácil cuando se les junte la tierra, las hojas secas o el lodo.
Si vas a poner cajones cerca, checa que el agua pueda correr bien hacia la coladera y que puedas mover algo rápido sin tener que desarmar medio huerto.
Elige bien tus mesas de cultivo o cajones:
Siempre recomendamos cajones de madera elevados ya que esto hará que el agua fluya y no se acumule debajo, se reparta mejor el peso y puedas pasar el trapeador por abajo sin broncas.
Durabilidad vs. Peso: Las maderas muy gruesas y pesadas duran un montón, pero le meten mucho peso muerto a la estructura. Alternativas: Usa maderas más ligeras reforzadas con herrajes de metal en las esquinas, o mejor lánzate por mesas de cultivo prefabricadas que ya vienen diseñadas para aguantar.
Protección por dentro: Tienes que ponerles lona, malla geotextil o algo parecido. El chiste es que la humedad de la tierra no esté tocando la madera todo el tiempo (para que no se pudra) y, sobre todo, que no esté en contacto directo con el piso de tu terraza.








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